viernes, 29 de julio de 2016

Una estación antes del sur (Meirav Wallenstein)

"La flor estaba ahí, al alcance de la vista y en el límite de lo posible: bajar de ese tren una estación antes del destino."
Una pareja comparte una expectativa que parte en dos al destino. Momentos antes de subirse al tren que los llevará al campo de Treblinka, deciden decirse adiós a pesar de que el viaje los llevará juntos.
El amor de dos que se saben muertos cobra sentido a partir de un pequeño detalle que les recuerda que la belleza va más allá de la vida. Con un simbolismo vertiginoso, Wallenstein dibuja una de tantas historias rotas por la Segunda Guerra mundial. Y así, a través de este último alcance de la belleza, nos hace recordar que la memoria también es vida, siempre que haya alguien a quien recordar.
"Llevaba ese vestido de flores que alcanzó a tomar como último objeto festivo antes de partir. Se paró frente a la rosa y la respiró hacia el corazón. Para recordar. Para festejar eso en que está por convertirse la memoria".

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